Economía social y solidaria
“Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.”
—I Corintios 10:24 (RVR)
Entre las satisfacciones más grandes que tenido durante mi trabajo en la región caribeña-latinoamericana ha sido observar y dar a las alianzas que nos unen “para trabajar por la justicia en la economía y en la tierra,” tal como está proclamado en la Confesión de Accra.
En Haití, el Instituto Cultural Karl Lévêque (ICKL) ha estado comprometido en las labores de organización, formación y de apoyo para redes populares de campesinos en sus esfuerzos de construir una economía social y solidaria en la que el empleo, educación, alfabetización y atención a la salud estén disponibles para todos y todas.
Esta frase “economía social y solidaria” (ESS), es menos usada en inglés que en español o francés, y quizás esta frase es más conocida en la doctrina social de la Iglesia Católica que en círculos protestante-evangélicos. ESS ha sido promovida por académicos y activistas que buscan hilos en común entre las experiencias de diversas movilizaciones, como las huelgas portuarias en Polonia al final de los años 1970s y las luchas por la justicia económica y social en América Latina. Y esta frase ha servido para cohesionar ideas y para incluir varias alternativas económicas creadas en un pasado más lejano, como los movimientos cooperativistas y de cajas populares.
El ICKL entró al mundo de economía social y solidaria (en forma de microcréditos, proyectos de semillas y herramientas, y la provisión de animales de granja como pollos y chivos) por la necesidad de garantizar la sobrevivencia de los pequeños grupos de campesinos con los cuales trabaja ICKL en varias regiones de Haití. Un campesino que recibe chivos debe devolver algunas de las crías al grupo para que otros pequeños productores puedan también ser apoyados.
Aunque sea un importante objetivo, estos proyectos no se limitan únicamente al mejoramiento de la vida económica. El punto clave es de crear experiencias positivas de organización comunitaria y de liderazgo local que pueden resultar en cambios políticos y en otros niveles de la sociedad haitiana.
Los beneficios del trabajo dentro del marco ESS tienen características colectivas e individuales como dice un animador-participante de ICKL: “Es colectiva, en esa parte de la actividad que beneficiará el movimiento. Es individual, en esa parte que beneficiará a cada miembro con respecto a los intereses generales de la localidad. Así el grupo obtendrá mayor visibilidad y se ampliará su base para exigir un cambio.”
Para el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo (CCRD) en Cárdenas, provincia de Matanzas, Cuba, el concepto de economía solidaria es la base de su trabajo con una nueva generación de micro empresas, o “cuentapropistas” (personas que trabajan por cuenta propia, y que no trabajan para el estado o grandes empresas). El CCRD proporciona formación a personas que ofrecen servicios diversos: alimentación, peluquería, talleres de reparación, y talleres de corte y confección. Como resultado, sus participantes pueden manejar su propia contabilidad, acceder al derecho laboral y fiscal, practicar la ética, y mejorar la comercialización.
En años recientes, el estado cubano ha abierto la economía socialista a pequeñas empresas como estas, y el CCRD ha buscado integrar algunos de esos esfuerzos con otros aspectos de su trabajo de desarrollo comunitario dentro del marco de economía social y solidaria (ESS): cooperativismo, no competitividad, participación, y llevando adelante una visión del bien común que incluye a todo el mundo.
La Confesión de Accra afirmó que los asuntos de justicia económica y ecológica no son solamente asuntos sociales, políticos o morales: son integrales a la fe cristiana. El uso del concepto economía social y solidaria representa una herramienta más en la construcción colectiva de alternativas a la economía de mercado, otra vez en crisis como consecuencia de la pandemia.
—Jim Hodgson
Luego de 20 años de servicio a la Iglesia Unida de Canadá como su coordinador de compañerismo en América Latina y el Caribe, Jim Hodgson va jubilarse en agosto 2020.