¿Cuál es tu misión?
Soy de la primera generación de pastores inmigrantes de Korea, llamado a cumplir con la misión de Dios en los Estados Unidos. Cuando escucho la palabra "misión" recuerdo que cuando era un muchacho vi una serie televisiva llamada "Misión: Imposible", que salió al aire en Estados Unidos por primera vez a fines de la década de 1960 e inicios de la de 1970. Me gustaba su banda sonora. Pero lo que más impresionaba era el mensaje grabado que se entregaba al agente: "Su misión, si decide aceptarla, es enfrentar su destino. Si nos sigue será capturado. Si nos ofrece resistencia, será asesinado." Lo mejor del mensaje era su última línea: "Este mensaje se autodestruirá en cinco segundos." ¡Boom! ¡Desaparecía! Pienso que me emocionaba el secreto de la misión y el compromiso del agente para aceptar su propio destino. ¡Hacer algo, por cualquier medio necesario, y lograr su misión!
También pienso en una película titulada La Misión (1986). Esta es mi película favorita, y también me gusta su banda sonora. En esta película aprendí acerca de una verdadera misión imposible que es: Amar (incluso hasta la muerte). Mi línea favorita es el responso del Padre Gabriel a su discípulo, el ex capitán Mendoza. Este último decidió luchar por la vida del pueblo guaraní que amaba, mientras que el primero decidió morir con ellos. El Padre Gabriel no podría bendecir al Hermano Rodrigo, que decide llevar las armas. Él dijo: "¡Si mueres con sangre en las manos, Rodrigo, entonces traicionas todo lo que hemos hecho! ¡Prometiste tu vida a Dios! ¡Y Dios es amor! ¡Déjate ir y deja que Dios sea tu Dios!
He estado luchando entre el mensaje de la serie de televisión Misión: Imposible y el de la película La Misión. Porque realmente quiero hacer algo por mi propia voluntad, pero al final lo que estoy llamado a hacer es no hacer nada por mi propia voluntad.
Hay un secreto a voces de que Dios es amor y este mensaje, grabado o no, no necesita ser destruido para no ser compartido con otros. Compartir este secreto a voces, en nuestras palabras y acciones, es de lo que se trata nuestra misión. Hay otro secreto a voces y es que la misión no es nuestra, sino de Dios. La misión cristiana se refiere a este doble secreto a voces: Dios es amor y la misión es la misión de Dios.
La clave para este doble secreto a voces es, por supuesto, Jesucristo. Puedo cantar la siguiente línea con confianza: "Jesús me ama, esto lo sé, porque la Biblia me lo dice." ¿Pero puedo hacer lo mismo con la siguiente línea? "Jesús me envía, esto lo sé, porque la Biblia me lo dice."
Mientras visualizamos nuestra misión dentro de la misión de Dios en esta era pandémica, he encontrado útil una vieja frase de una organización cristiana llamada Juventud con una misión (YWAM) : "Conoce a Dios y da a conocer a Dios. "Dios dio a conocer a Dios a Abraham y a sus descendientes, incluyendo a Jesucristo, y los envió al mundo para que pudieran dar a conocer a Dios. Los que conocen a Dios, y son enviados al mundo, son testigos. Lea Isaías 43:10-12 y 49:6b. La misma referencia se puede encontrar en los escritos de Lucas, es decir, Lucas 24:48 y Hechos 1:8. En, y a través de, estos testigos que participan en la misión de Dios, "serán bendecidas todas las naciones" (Génesis 12:3). Según Pablo, esto es "el evangelio de antemano" (Gálatas 3:8) anunciado a Abraham. Así como Abraham fue invitado a hacer la misión de Dios, así también nosotros somos invitados. Y la buena noticia es que este mensaje no se autodestruirá en cinco segundos. La invitación sigue abierta para muchos.
¿Cuál es mi misión? Aceptar la invitación, conocer y dar a conocer a Dios en medio de la pandemia. ¿Cuál es su misión?
—Rev. Dr. Gun Ho Lee
Pastor organizador
Korean Presbyterian Fellowship
Greenville, North Carolina, USA
Pastor organizador
Korean Presbyterian Fellowship
Greenville, North Carolina, USA
Originario de Corea del Sur, el Rev. Dr. Gun Ho Lee tiene un doctorado en Historia (Misión y Ecumenismo) por el Seminario Presbiteriano de Unión, Richmond, Virginia, especializado en la historia del Consejo Mundial de Iglesias. Está particularmente interesado en articular la naturaleza y las funciones de la Iglesia, en un mundo religiosamente plural, desde la perspectiva de la misión de Dios y el desarrollo de la colaboración en la misión de Dios entre congregaciones de diferentes orígenes culturales.