Una dosis adicional de vida abundante
“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.” -- Juan 10: 10 (NVI)
Frecuentemente escuchamos la queja, en este tiempo de pandemia del COVID-19, que los tiempos son difíciles. Y eso es realmente cierto. Cada uno de nosotros, cada una de nosotras, sin importar quiénes seamos o dónde nos encontremos, estamos pasando por momentos difíciles en este momento. Y si hay algo que he aprendido sobre los tiempos difíciles, es que pueden hacerte sentir completamente agobiado.
Lo que sucede con los tiempos difíciles es que llegan con un paso arrollador. Todo se siente tan extraño, hay problemas en todas partes y solo anhelamos que termine y que las cosas vuelvan a ser como alguna vez fueron. Supongo que esto es algo bien humano.
Los tiempos difíciles pueden incluso levantar la pregunta acerca de dónde está Dios o de cuál es su propósito en todo esto.
Juan 10 nos muestra la imagen de un Pastor cuidando a Sus ovejas y la promesa de que Él es quien protege la vida abundante.
Pero al mismo tiempo, Juan nos recuerda la existencia de un enemigo que se esfuerza por quitarnos esa vida. Un enemigo que no quiere nada más que destruir la abundancia que Dios nos ofrece en medio de los tiempos difíciles.
La palabra griega para "abundancia" es perissos, que se traduce como "excedente" o “superávit”.
En otras palabras, en los tiempos difíciles, tanto como en los tiempos buenos, siempre tenemos acceso a una dosis adicional de la vida abundante que Cristo nos ofrece por medio de Su muerte y resurrección. Es el poder de la cruz lo que nos lleva a un lugar de paz y lo que brinda tranquilidad a nuestras almas en los tiempos difíciles.
Cuando atravesamos tiempos difíciles, debemos usar ese tiempo para evaluar qué podría, o debería, llenar ese vacío y buscar la sabiduría divina. Así, Dios definitivamente nos mostrará cómo sortear estos tiempos.
También debemos usar el tiempo para evaluar quiénes son las personas de las que nos rodeamos. ¿Son ellas las que nos comparten palabras de vida o de aquellas que nos drenan la energía positiva? Estas son buenas preguntas que colaboran a hallar a las personas adecuadas en tiempos difíciles. Así como Dios nos protege durante un tiempo difícil, tenemos que proteger nuestras mentes de negatividades o dudas adicionales.
Los tiempos difíciles son difíciles debido a que nuestros pensamientos tienden a divagar. Si todo lo que pensamos es oscuro y pesimista, de eso será de lo que hablemos. Hay un dicho que dice: "De lo que abunda el corazón habla la boca".
En tiempos buenos y en tiempos malos, se nos ofrece una vida plena por medio de la presencia y la promesa del Buen Pastor. Los tiempos difíciles en ocasiones nos dificultan dar pasos firmes hacia Dios. Con seguridad no acertaremos en cada paso: tropezaremos, caeremos y fracasaremos. Nuestros pensamientos pueden alejarnos de vivir esa promesa. Sin embargo, esforcémonos siempre por creer en la promesa de Juan 10:10, que nos impulsa de regreso a una vida abundante.
Amado Dios, gracias por ofrecernos abundancia en cada tiempo. Gracias por recordarnos hoy que nuestros tiempos difíciles no tienen por qué hacernos sentir el agotamiento o la derrota. Podemos tener abundancia conforme a Tu promesa. En el nombre de Jesús, amén.
—Rev. Diana de Graven
Iglesia Reformada en Surinam
Secretaria Administrativa del Comité de CANACOM
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