P: ¿Cuál es tu único consuelo tanto en la vida como en la muerte? R: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte, no me pertenezco a mí mismo, sino a mi fiel Salvador Jesucristo —Catecismo de Heidelberg, Pregunta y Respuesta 1 Como capellana de un hospicio no confesional, paso mis jornadas ofreciendo apoyo espiritual y compañía a las personas que han recibido un diagnóstico terminal, y también a sus seres queridos. Conozco a personas de una amplia gama de creencias religiosas y de diversas orientaciones espirituales, desde aquellas que son muy devotas hasta las que no tienen nada de religiosas. Independientemente de la fe que profesen, la mayoría de las veces lo que buscan las personas cuando se acercan al final de sus vidas es la certeza de que son amadas, de que son importantes y de que no están solas. Se trata de peticiones completamente naturales y de mensajes vitales que hay que recibir, especialmente cuando las personas se enfrentan a la muerte y a la oportunidad de reflexionar más detenidamente sobre lo que significa la vida. Como pastor invitado a tiempos sagrados de transición, es un honor y un privilegio bendecir a las almas humanas con esos mensajes que siempre hay que repetir: eres una persona amada. Eres importante. No estás en soledad. Y si bien mi actividad me llama a espacios con una aguda conciencia de la muerte, los hospicios están lejos de ser la única ventana a la certeza de que la vida en este planeta es temporal. Al momento de escribir este artículo, el mundo se encuentra en el 14º mes de una pandemia global en la que ya 3.352.109 personas han muerto a causa del COVID-19. La violencia y los asesinatos por motivos raciales o étnicos son cada vez más publicitados, a menudo sancionados y perpetuados por los sistemas y poderes de los cuales se espera que sirvan y que protejan la vida humana. Las personas que expresan su género o su sexualidad de forma incomprendida dentro de un marco binario, son objeto de ataques y asesinatos desproporcionados. El consumo desenfrenado y la contaminación están destruyendo la vida de las plantas y de los animales a un ritmo exponencial. Las circunstancias de una muerte pueden ser horribles, sin embargo, la muerte en sí no es la enemiga. “Si vivimos, para el Señor vivimos; y, si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.” (Roman0s 14:8 NVI). La clave está, por lo tanto, en saber que, ya sea en la vida o en la muerte, somos personas amadas, que importamos y que no estamos solos o solas. ¿Puedes imaginar el florecer posible de toda la creación si creyera y experimentara realmente que estos mensajes son verdaderos en cada momento de cada día? La Reforma Protestante afirmó la inmediatez de la presencia de Dios y eliminó las barreras para que las personas laicas conocieran y experimentaran a Dios a través de un culto y de unas Escrituras cada vez más accesibles. Sin embargo, el culto y las Escrituras no son nuestros únicos puntos de acceso a Dios. En mi denominación, nos gusta decir que "Dios continúa hablando". Esta afirmación contiene el hecho de que Dios ciertamente habla a través de la Escritura, pero ésta no fue ni el principio ni el final de la revelación de la verdad y del amor de Dios hacia la humanidad. La Iglesia, por ende, es convocada a cultivar siempre la imaginación y la atención a las innumerables formas en que Dios nos tiende la mano para hacernos saber que importamos, que somos personas amadas y que no estamos solos o solas. ¿Puedes percibir el amor de Dios por ti en un diente de león, en una vacuna o en un sorbo de agua limpia? ¿Puedes sentir que Dios te demuestra lo que vales a través de una relación amorosa en tu vida, la fuerza de tus emociones o una pieza musical? ¿Puedes sentir que no estás solo o sola cuando sientes la tierra debajo de ti, cuando una persona que no conoces asiente o te sonríe y te dice "que tengas un buen día", o cuando otra bocanada de oxígeno entra en tu cuerpo, por un momento más? Independientemente de quién seas tú o de dónde te encuentres en el camino de la vida, al considerar tu propia mortalidad, por cercana o lejana que sea en el futuro, que puedas hallar consuelo al saber que pertenece plenamente a Dios. —Rev. Bethany Joy Winn Iglesia Unida de Cristo, EEUU de NA Bethany es una ministra ordenada en la Iglesia Unida de Cristo (UCC, por sus siglas en inglés). Actualmente se desempeña como capellana en Spectrum Health Hospice and Palliative Care en Grand Rapids, Michigan, EE. UU. De NA. En 2017 fue miembro de la delegación de la UCC a la Asamblea General de la CMIR (Comunión Mundial de Iglesias Reformadas) realizada en Leipzig, Alemania.
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January 2023
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