Una vez escribí un sermón titulado "Salvar al mundo del mundo en el que vivimos". En aquel momento no imaginé que hoy estaríamos en una pandemia mundial. Pero aquí estamos. No solo debemos superar esta crisis de salud mundial de la COVID-19, sino todas las otras cosas de las que hablé entonces y que han salido a la luz. Los disturbios raciales y políticos, la devastación ecológica, la inseguridad alimentaria, la atención médica, la disparidad económica, la desigualdad de género, son algunas de las cosas que todavía reclaman la curación en todo el mundo. A veces parece que todo lo que puedo hacer es esperar y orar, y luego esperar y orar un poco más. Pensando: "Sólo en Dios halla descanso mi alma; de Él viene mi esperanza." Salmo 62: 5 Eso es lo que hago, y sin embargo tengo la sensación de que todos estamos llamados a actuar, especialmente en estos tiempos de pandemia mundial. ¿Pero a qué? ¿Y cómo? Cuando el distanciamiento social y las medidas asistenciales están a la orden de cada día. Me doy cuenta de que para algunas personas, no es un problema. Pero para la mayoría, que vive momento a momento, es bastante difícil. Una vida que ya es dura y en la que a veces la lucha se vuelve aún más difícil por el desempleo, por el planeta que clama por curación, miedo y violencia, y la explotación de otros. Me encuentro buscando las palabras para orar y alabar mientras hago las pequeñas cosas que puedo para ayudar a alguien en el camino. Que este salmo, creado en las horas y los días de la escucha de Dios, te ayude mientras esperas y oras. Para que podamos abrir nuestros corazones y mentes para escuchar las voces de personas silenciadas durante mucho tiempo. Que encontremos formas de caminar en solidaridad con las comunidades cercanas y lejanas. Para que recordemos que todos fuimos creados a la imagen de Dios, todos somos bendecidos por Dios y estamos llamados a cuidar la tierra. (Génesis 1: 26-28) Un nuevo salmo de alabanza y acción de gracias ¡Alabado sea el Señor! Alabado sea el Señor en las alturas La alabanza crea un espacio para que nos dejemos llevar ¡Una oportunidad para mirar! ¡Para buscar! ¡Un regalo para nuestras almas, para que Dios brille! Cuando alabamos, nos abrimos al poder transformador del Espíritu. Cuando alabamos, es un grito de celebración a las maravillas de Dios En los recuerdos del ayer Recordamos a todos los que hemos perdido Recordamos sus dones de risa, amor y luz. Damos gracias a Dios porque sus vidas no fueron en vano. En las experiencias de hoy, Nos despiertan las realidades de la disparidad, la codicia y la adversidad expuestas por la COVID-19 Practicamos el distanciamiento físico con la esperanza de difundir la sanación en lugar de la herida. Invertimos nuestros recursos limitados en lo que necesitamos en lugar de en lo que queremos. Con las esperanzas prometidas en el mañana Nos reunimos para adorar, trabajar y dar testimonio del poder transformador del amor. Usamos nuestras manos y pies para caminar con los que están al margen. Descansamos en la seguridad de que Dios siempre está con nosotros. Viajemos ahora a los lugares donde reina el amor, la valentía sostiene nuestro camino y las promesas duraderas de Dios nos guían. Deja que tu Espíritu venga a nosotros como una nueva canción que nos ayude a llegar más allá de nuestro hoy a tu mañana. ¡Bendice al Señor, alma mía! Con todo nuestro corazón Y con cada respiro que tomamos ¡Alabaremos al Señor! ¡Alabado sea el Señor! —Dr. Dianna Wright Directora interina de Relaciones Ecuménicas e Interreligiosas En la Oficina de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) Dianna Wright se graduó de la Escuela Presbiteriana de Educación Cristiana, Richmon, Virginia, y del Seminario Teológico Columbia, Decatur, Georgia.
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January 2023
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